Mi profesión es el de la creatividad publicitaria, sin embargo, ser creativo no es un adjetivo calificativo, y menos por ocupar un asiento dentro de una agencia de publicidad por más cool que esta sea. Ser creativo es un estilo de vida, una convicción fuerte, enterrada, sólida por abrir ojos, mente y corazón para sorprenderte cada día por algo o alguien distinto. He tenido el chance de aventarme dos tres viajecitos, me tocó ir al norte (Canadá), al sur (Argentina, Uruguay) y brincar el famoso charco (Europa) y en cada sitio, intenté abrir los ojos. Creo que cada quién vive un país de diferente manera, no importa si pisaste el mismo lugar, si tienes la misma foto frente a la Eiffel, o si caminaste por las mismas calles y avenidas. Todos lo vivimos diferente, y esto radica en la capacidad que tengamos de abrirnos, de recibir las ideas que están ahí impresas o flotantes en esos ambientes tan lejanos y distintos. Justo ahí se deriva la fuerza de un verdadero creativo, el que encuentra a otro a base de mirar, sentir, respirar y dejarse inspirar, por las huellas que han dejado los otros. Desde mi primer viaje al extranjero, me hice el propósito de encontrar lo que la gente nos quiere decir en las calles mediante el "streetart". Es mágico, pues es la constancia moderna que dejan otros creativos con sus ideas..."Es la auténtica mirada al presente, con la más pura forma de un mundo contemporáneo, cambiante a cada instante". Así, he logrado capturar unas cuantas piezas urbanas en calles tan distintas y distantes como Milán, Amsterdam, Quebec, Venecia, Buenos Aires, Tanger, Punta del Este, Toronto, París, Montevideo, Madrid, y por supuesto las de mi propia ciudad; La Ciudad de México.
Esta es mi manera creativa de vivir un viaje, para encontrar plasmadas en una cabina telefónica, una van, un tren, o en la típica pared, las ideas del mundo.